Querido lector,
Uno de los problemas más graves de la medicina actual es que, por falta del tiempo, de formación, pero también por razones legales, los médicos convencionales tienden a no proponerles a sus pacientes de las soluciones naturales, que ofrecen sin embargo grandes esperanzas frente a los dolores y frente a las enfermedades.
ARTROSIS
Si usted tiene de artrósis, por ejemplo, su médico le prescribe sin duda antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, diclofénac, ibuprofène...). Incluso infiltraciones de cortisona.
Estas medicinas suprimen parcialmente el dolor, pero tienen efectos secundarios y no se ajustan a la causa de la enfermedad (la destrucción del cartílago).
Sabemos sin embargo actualmente que compuestos naturales sí podrían aliviar no sólo el dolor, sino también volver a lanzar la producción de cartílago. En varios estudios, pacientes afectados de artósis volvieron a estados anteriores de salud.
Ellos reencontraron la flexibilidad que tenían años antes, sin efectos indeseables. Pudieron evitar o retrasar el implante de prótesis de rodilla. Son los resultados de investigaciones científicas que han sido publicadas en revistas médicas internacionalmente reconocidas: The Lancet (1) y Lancet of Internal Medicine (2).
Estos resultados no son garantizados por supuesto para todo el mundo. En particular, si usted sufre desde hace años y cuando ya probó todos los tratamientos, no voy decirle evidentemente que un remedio natural va resolver a todo. Tal vez hasta, y es muy triste decirlo, no encontraremos solución en esta dirección.
pero no hay dudas de que, para ciertas personas, la salud natural funciona allí donde la medicina convencional fracasó. En un gran número de enfermedades, existen caminos, aproximaciones que no se abren en el sistema oficial de salud.
Es absurdo que las personas afectadas por estas enfermedades no sean informadas.
DIABETES
Otro ejemplo, la diabetes: sabemos actualmente que podemos hacer retroceder la enfermedad y disminuir la toma de medicinas de modo natural. En ciertos casos, los enfermos reencuentran una salud normal.
Se trata de resultados que han sido publicados en una revista científica internacionalmente reconocida:se trata de la revista médica de referencia Diabetologia, editada por l 'Association europea para l 'Etude de la Diabetes (EASD: European Association for the Study of Diabetes) (3).
Investigadores de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido siguieron a diabéticos con sobrepeso. Durante 8 semanas, siguiero una dieta individual muy restrictiva.
Pero el resultado de estas ocho semanas de régimen ofrece a todos los diabéticos del mundo las nuevas perspectivas frente a su enfermedad:
La glucemia en ayunas y después de una comida de los participantes volvió a ser poco a poco normal. Su pancréas, que en muchos casos había dejado de funcionar, reencontró sus capacidades normales de producción de insulina.
Para todos los participantes, la totalidad de los síntomas de la diabetes desapareció de forma duradera. Y repito que este cambio se efectuó sin medicina alguna química, por la sola modificación de la alimentation.
Pero esto n 'est no todo: cuando los participantes se echaron a consumir alimentos en principio prohibidos a los diabéticos, se apreció que una gran mayoría de ellos nunca reaccionaban como si nunca hubiesen estado enfermos:
Ya no tenían diabetes.
Lo más impresionante es que este fenómeno ha resultado ser duradero: tres meses después de haber recuperado una dieta normal, el 64 % de los participantes no presentaban ya ningún síntoma de la enfermedad.
Colesterol: los medicamentos que alargan la enfermedad
Estimado Lector:
Los médicos y farmacéuticos quieren convencernos de que el colesterol es una de las principales causas de infartos y accidentes cerebrovasculares (infartos cerebrales), algo que es completamente falso.
¿Por qué lo dicen? Para vender más estatinas, los fármacos utilizados para combatir el colesterol.
En España, según el último Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular (Enrica), la mitad de la población tiene el colesterol elevado. Y, por otra parte, un 23,7% de las personas con el colesterol alto toma estatinas para reducir los niveles de colesterol.
Pero el colesterol no es ningún veneno, y las personas que están tomando estatinas ponen en peligro su salud, porque estos medicamentos vienen acompañados de una interminable lista de efectos secundarios: desde insuficiencia cardiaca hasta dolores musculares, pasando por pérdidas de memoria y lesiones en el hígado.
Por otro lado, un estudio publicado por el American Heart Journal (enero 2009) en el que se analizó a 137.000 pacientes ingresados en hospitales de Estados Unidos por crisis cardiacas demostró que alrededor del 75% de estos pacientes tenía unos niveles de colesterol “normales”.
Objetivo: que estemos permanentemente enfermos
¿Por qué ni los médicos, ni los cirujanos, ni los hospitales ni las empresas farmacéuticas, ni tantos profesionales de la medicina, nos dicen la verdad acerca de las estatinas?¿Por qué no quieren que sepamos que los medicamentos que disminuyen la tasa de colesterol provocan tantos efectos secundarios, sin proteger contra las enfermedades cardiovasculares?
Existen varios motivos:
Por una parte están los miles de grandes cardiólogos y catedráticos de Medicina que deberían reconocer públicamente que llevan treinta años equivocados y–créame- eso no es fácil... Hoy en día, a las personas que se muestran críticas o en desacuerdo con esta tendencia se las tacha de herejes, ignorantes, y se las deja en ridículo. El extraordinario libro del cardiólogo francés Michel de Lorgeril sobre la prevención de infartos por medios naturales, publicado este mismo año, ha sido completamente ignorado por la prensa. Sólo porque denuncia, basándose en argumentos científicos, una verdad que molesta demasiado al sector médico.
Sin embargo, Michel de Lorgeril es un reputado investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y ha escrito cientos de artículos en las más prestigiosas revistas científicas. Su libro contiene la información más actual sobre este estudio, así como numerosos consejos vitales y tranquilizadores para aquellas personas que temen por su corazón y sus arterias.
En vista de lo importantes que son estas conclusiones para millones de enfermos en todo el mundo, el silencio de los medios de comunicación es inexplicable.
Por otro lado, la medicina se ha convertido desgraciadamente en un negocio. Y si no se toman medicamentos, si se aboga por la prevención o si los enfermos se curan ellos mismos por medios naturales…nadie gana un céntimo.
El nutriente que nos quieren esconder
Entre los efectos no deseados de las estatinas, uno de los más perjudiciales para la salud es que el organismo se queda prácticamente sin reservas de la coenzima Q10 (CoQ10).La CoQ10 trabaja en las mitocondrias, que son como pequeñas“centrales térmicas” que aportan a los músculos la energía necesaria para poder contraerse.
Ahora bien, ¿cuál es el músculo más importante del organismo? ¿El más necesario? El corazón, por supuesto.
La CoQ10 resulta fundamental para que nuestros músculos funcionen, y el corazón es el músculo vital por excelencia.
Intentar curar el corazón vaciando las reservas de CoQ10 puede compararse con que un mecánico estafador nos truque el motor del coche prometiéndonos un rendimiento mejor y, al darnos la vuelta, nos vacíe el depósito.
Si se toman medicamentos que reducen el nivel de CoQ10, como es el caso de los que se toman contra el colesterol, debemos compensarlo obligatoriamente tomando suplementos de CoQ10 por vía oral.
En la actualidad muy pocos médicos informan de ello a los pacientes. Algo inaceptable.
El colesterol es bueno para la salud
La comunidad científica y médica suele tratar con desprecio al colesterol, pero lo cierto es que es un componente básico del cuerpo humano. De hecho, una tasa de colesterol demasiado baja está directamente relacionada con sufrir problemas de salud, en particular hemorragias cerebrales (infartos), es decir, una arteria que estalla en el cerebro provocando una hemorragia que a su vez provoca una parálisis instantánea (o ceguera, pérdida de memoria, etc.).También se ha relacionado tener unos niveles de colesterol muy bajos con un mayor riesgo de padecer cáncer.
Tantos estudios científicos han relacionado el riesgo de sufrir cáncer con el colesterol, que no tiene sentido y además es peligroso alegrarse de tener unos niveles bajos, o más aún intentar alcanzarlos mediante una alimentación pobre en grasas o -peor aún- con medicamentos.
Algunos científicos han intentado demostrar que esta relación entre colesterol bajo y un riesgo mayor de mortalidad es fruto de una “causalidad inversa”. Dicho de otra manera, las enfermedades crónicas como el cáncer provocarían la bajada de los niveles de colesterol, y no a la inversa (hipótesis de Iribarren).
Pero esta hipótesis se ha desechado después de varios estudios epidemiológicos llevados a cabo durante largos períodos de tiempo (19 y 20 años) con personas con una tasa de colesterol muy reducida.
El colesterol es necesario para tener un nivel óptimo de vitamina D
Que el colesterol sea el ingrediente básico de la vitamina D podría explicar este vínculo entre una tasa baja de colesterol y el cáncer; de hecho, la vitamina D es colesterol que ha sufrido una alteración química en la piel bajo los efectos de la exposición al sol.La vitamina D desempeña un papel crucial en la regulación de la reproducción celular. La carencia crónica de vitamina D puede favorecer un desarrollo anárquico de las células y, por consiguiente, tumores cancerígenos.
Durante cuatro años se llevó a cabo una investigación para analizar la posible interrelación entre el consumo de dos medicamentos contra el colesterol (la Simvatastina y el Ezetimibe) con un riesgo mayor de cáncer. Las conclusiones fueron tajantes: al comprobar los resultados en los que se había tomado Simvastatina y Ezetimibe de forma conjunta, el riesgo de muerte por cáncer se había incrementado en un 45%.
Pero los científicos hicieron caso omiso de estos resultados, atribuyéndolos sorprendentemente al “azar”.
Cuando menos extraño, ¿no?
¡A su salud!
Jean M. Dupuis
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